Marie-Anne Pierette Paulze, nacida el 20 de enero de 1758 en Montbrison, Francia, y fallecida el 10 de febrero de 1836, conocida comúnmente como Madame Lavoisier, es reconocida como “la madre de la química moderna”.

Aunque frecuentemente se destaca su papel como esposa del científico Antoine Lavoisier, sus propios logros científicos en el campo de la química son menos conocidos.

Su padre, Jacques Paulze, era un abogado parlamentario y financiero que trabajaba para Ferme Générale, una empresa encargada de recaudar impuestos para la monarquía francesa. Su madre, Claudine Thoynet Paulze, falleció en 1761 cuando Marie-Anne tenía tres años, dejándola junto a dos hermanos. Fue enviada a un convento para recibir educación.

A los trece años, el Conde de Amerval, que triplicaba su edad, la pidió en matrimonio. A pesar de la oposición inicial de su padre, este cedió debido a amenazas laborales y consultó a Antoine Lavoisier, un noble, abogado, geólogo y químico de 28 años, para casarse con su hija. La boda tuvo lugar el 16 de diciembre de 1771.

La pareja se mudó al Arsenal en París en 1775, donde el interés de Lavoisier por la química floreció. Marie-Anne, con la seguridad económica alcanzada, comenzó a participar activamente en las investigaciones científicas de su esposo.

Recibió formación formal en química de Jean-Baptiste Bucquet y Philippe Gingembre, colegas de Lavoisier, y juntos trabajaron en diversas investigaciones en su laboratorio.

Durante la Revolución Francesa, en mayo de 1794, Lavoisier fue acusado de traición debido a su posición en Ferme Générale.

Marie-Anne luchó por su libertad, pero él fue juzgado y ejecutado el 8 de mayo de 1794. Después de la ejecución, todos sus bienes, incluyendo los cuadernos de notas y el laboratorio, fueron confiscados por el gobierno revolucionario.

A pesar de la pérdida, Marie-Anne recopiló documentación y publicó las Memorias de Química de Lavoisier, sentando las bases de la química moderna. En estas memorias, abordó temas como el calor, la formación de líquidos, la combustión, el aire, la calcinación de metales y la composición del agua.

Después de enviudar, Marie-Anne se casó nuevamente con Benjamin Thompson, Conde de Rumford, pero la unión no perduró. Conservó el apellido de su primer esposo, Lavoisier, demostrando su devoción. Falleció el 10 de febrero de 1836 en París a la edad de 78 años.

La contribución de Marie-Anne a la química fue significativa. Acompañaba a Lavoisier en el laboratorio, anotando observaciones y dibujando diagramas de experimentos.

También realizó traducciones clave de trabajos sobre flogisto, desafiando y corrigiendo errores. Su participación fue fundamental en el cambio de paradigma que llevó al rechazo de la hipótesis del flogisto y al descubrimiento del gas oxígeno por parte de Lavoisier.

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